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Donde se descomponen las colas de los burros

  • Foto del escritor: Juan J. Mesa
    Juan J. Mesa
  • 5 jun 2024
  • 2 Min. de lectura

Actualizado: 24 jun 2024



Como parte del Festival Universitario de Teatro escénica, el jueves 30 de mayo Teatro UNAL presentó en la Casa Teatro Poblado la obra Donde se descomponen las colas de los burros, de la dramaturga colombiana Carolina Vivas Ferreira.


¿Cómo hablamos de una obra que la mayoría de ustedes no han visto?

Advirtiendo una cosa: que sí la han visto.


¿Dónde se descomponen las colas de los burros?

¿En el cementerio? ¿En el matadero? ¿En la mera tierra? ¿En las tripas de los goleros?

¿En el olvido y el silencio que finalmente abraza todas las cosas?

Yo conozco una canción que dice: este país nublado —porque no puede ver.


La historia de esta tragedia no es cualquiera: es nuestra historia.

¿La adivinan?

Esta hecha de rumores y de ecos, porque es un secreto;

tiene forma de monumento, y aunque corona la plaza del pueblo y todos la miran, nadie la ve;

baja del río, como una avalancha silenciosa porque hirieron la montaña;

la cuentan las madres, es decir, las que sobreviven;

nos deja huellas en la pinocha, como una bailarina que se perdió mirando el horizonte;

¿a qué sabe? al trago más amargo;

¿los niños la conocen? sí, sus personajes los visitan en los sueños

y cuando caminan por esas calles y esos montes, la intuición de un suspiro lejano los sacude.


Tomo en mis manos un país tan grande,

Colombia,

lo miro con ternura y con dolor;

me parece que podría reírse un poco más,

pero se leer en su silencio

un duelo que ni siquiera ha empezado.


Tomo en mis manos un país que sabe a sueño y derrota:

le digo que lo quiero, aunque me clave este puñal.


Tomo a Colombia entre mis manos para verlo en la escena.

¿Y cuál otra puede ser la escena de Colombia, sino el día en que la mataron y nadie dijo nada?


Ya no sé pronunciar, ¿me entienden? a las que vinieron antes de mí les robaron el silencio.

Cuántas ahogadas para darnos cuenta

que así no se cruza el río.


Se cierra el telón y no sé si aplaudir o llorar

como en los velorios y las despedidas.

Oigo que alguien dice: nosotros,

los espectadores.

Y yo pienso: ¿nosotros?

...los que acompañamos el silencio.


Dios, ¿quién me trajo a ver esta tragedia?

Y si no es mía,

¿por qué me duele y me hace morir?


...

...

...Ahora no me digan que no les dije nada.



"No estamos, pues, ante las imágenes, sino entre ellas" —Ileana Diéguez.




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